sábado, 5 de noviembre de 2011

Maldita bendición


"Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una maldición porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba" Clarice Lispector.

No había tenido el privilegio de leer a Clarice Lispector cuando escribí esto. Pero en algún plano se lo debo, salvando distancias bestiales, llenándolas de reverencias aun desde mi "maltrechez", se lo debo.

Maldita bendición


No esperes que se postre a los pies de tu sexo
y lo reverencie.

No inclinó su cabeza ni para ser coronada.

Asco de cada amante
hoy tengo asco entre mis piernas
y náuseas en mis ojos.

Tres días de lluvia
y el sol se recupera para humillarme.

Esta maldita bendición de ser habitada por tantas palabras.
Esta bendita maldición... las desgraciadas se desbordan de mis contornos.
Mal rumbeadas se tiran en los brazos de cualquiera que no las sepa agarrar
y se destrozan contra los papeles del suelo, siempre húmedos e inasibles.
Las agraciadas, locas, pocas, espantadas de escasez
ante mis despilfarros

escapan hueso adentro y ya no vuelven.


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